Destaca la caída de la soja, que enfrenta su menor cosecha en más de veinte años.

Argentina, el mayor exportador mundial de productos de soja, enfrenta su menor cosecha en casi 25 años. Este escenario llevó a que fábricas de soja propiedad de instituciones como Cargill, Bunge Global SA, Cofco International y la procesadora local Vicentin, se encuentren funcionando a capacidad reducida o, en algunos casos, cerradas por completo. El impacto económico se agrava con una cosecha de trigo inesperadamente escasa, anticipándose que las exportaciones de todos los cultivos, incluyendo semillas de girasol, alcancen apenas los US$25.500 millones, marcando una disminución del 39% en comparación con la campaña anterior (2021-22), reportó Bloomberg.

La Bolsa de Comercio de Rosario, ubicada en la ciudad portuaria que alberga la mayoría de las plantas de procesamiento de soja en Argentina, estima que el impacto económico de las menores exportaciones de cultivos asciende a US$16.000 millones.

Las entregas de camiones, un indicador clave de la situación, muestran una disminución significativa. El primer viernes de noviembre, solo se registraron 382 cargas de soja en la zona de Rosario, lo que representa una disminución del 59% en comparación con el mismo día del año anterior, según la agencia de transportes AgroEntregas.

Situación grave

En respuesta a la crisis, varias plantas de soja adelantaron su mantenimiento anual, cerrando líneas de producción antes de lo previsto. Se señala que la capacidad ociosa podría alcanzar el 70%. Este escenario llevó a Brasil a superar a Argentina como el principal exportador mundial de harina de soja por primera vez desde 1998.