Las reformas incluyen la eliminación de trámites obsoletos, la modernización de las certificaciones y la creación de un régimen simplificado para embarcaciones menores.

 

El Ministerio de Seguridad, en conjunto con la Prefectura Naval Argentina y el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, anunció ayer una actualización integral al Régimen de la Navegación Marítima, Fluvial y Lacustre (REGINAVE). Esta reforma busca desregular, simplificar y digitalizar trámites, con el objetivo de optimizar la operatividad del sector náutico y fortalecer la competitividad de la industria logística y marítima en Argentina. Según el comunicado oficial, las modificaciones reducirán costos operativos y eliminarán barreras que limitaban la actividad económica en este ámbito.

 

En el evento, encabezado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se detallaron los cambios más relevantes. Entre ellos se destaca la implementación de un régimen simplificado para embarcaciones menores a 100 toneladas, la digitalización de certificados de seguridad y credenciales, y la eliminación de trámites considerados obsoletos, como la obligación de contratar serenos. Además, las autorizaciones de navegación tendrán ahora validez nacional, eliminando la necesidad de permisos regionales y reduciendo significativamente los tiempos de gestión.

 

Medidas concretas para un sector más eficiente

Uno de los puntos centrales de la reforma es la apertura de la certificación de condiciones de seguridad a Sociedades de Clasificación privadas, además de ingenieros habilitados. Este cambio, según Sturzenegger, fomentará la competencia, reduciendo costos y acelerando los procesos de aprobación. Los dispositivos de seguridad también podrán ser avalados por estas sociedades, lo que, en palabras del ministro, permitirá reducir los precios de insumos de navegación a un tercio de su costo actual en algunos casos.

 

Las embarcaciones menores a 100 toneladas se beneficiarán de un régimen simplificado que considera las particularidades de los buques pequeños, como las barcazas del Delta. Esto implica menos requisitos administrativos, además de la posibilidad de transferir embarcaciones en días y no meses. La Prefectura Naval dejará de imponer listas obligatorias de repuestos, dando libertad a los armadores para definir sus necesidades según el tipo de operación.

 

En cuanto al transporte de sustancias peligrosas, se estableció que la contratación de baqueanos será opcional, solo requerida en casos específicos. La medida se suma a la eliminación de la obligación de contratar serenos, reduciendo costos asociados a servicios considerados desactualizados.

 

Digitalización y descentralización: el camino hacia la modernización

La digitalización juega un rol clave en esta reforma. Según el comunicado de la Prefectura Naval, todos los certificados nacionales e internacionales de seguridad y las credenciales del personal terrestre serán digitalizados, agilizando trámites y reduciendo tiempos operativos. Esta transformación también impacta en el segmento de la navegación deportiva. Ahora, las federaciones náuticas podrán otorgar carnets, y la vigencia de estas habilitaciones se extenderá a 10 años, un avance significativo en términos de accesibilidad y eficiencia.

El nuevo régimen permite además que las embarcaciones deportivas sean utilizadas con fines comerciales, abriendo oportunidades para el desarrollo de nuevos mercados en turismo y transporte. Esto representa un cambio estructural que podría dinamizar el sector y generar empleo, especialmente en áreas vinculadas al turismo náutico.

 

Implicancias para la logística y el comercio exterior

La transformación del REGINAVE busca posicionar a Argentina como un actor competitivo en el transporte marítimo y fluvial, pilares fundamentales de la logística y el comercio exterior. La reducción de costos operativos, combinada con la simplificación de trámites, tendrá un impacto directo en las cadenas de suministro que dependen del transporte por agua. Esto incluye tanto la importación como la exportación de bienes, donde los costos logísticos suelen ser un factor decisivo.

 

Por otro lado, la incorporación de estándares internacionales y la validación de certificaciones extranjeras de buceo profesional y explotación petrolera podrían atraer inversiones extranjeras. La creación de “zonas de seguridad para la explotación y exploración petrolera” es otro paso estratégico para fortalecer la posición de Argentina en mercados globales altamente competitivos.

 

Un impulso para la competitividad nacional

La eliminación de trámites y la implementación de medidas que apuntan a obtener mayor libertad económica marcan un avance hacia una logística más dinámica y eficiente. Estas reformas no solo benefician a los grandes actores del sector, sino también a pequeños y medianos armadores, quienes ahora enfrentan menos barreras para operar.

El impacto de estas medidas podría reflejarse en una mejora general de la competitividad logística de Argentina, posicionando al transporte marítimo y fluvial como alternativas viables y atractivas para un comercio exterior en constante crecimiento. A medida que se implementen estas modificaciones, el sector enfrentará la oportunidad de consolidar su papel en las cadenas de suministro globales, con un enfoque en sostenibilidad e innovación.